29/11/17

Patrícia Gabancho, la porteña que soñó en catalán

En la ochava de la avenida de Rivadavia con Ayacucho, en pleno centro de Buenos Aires, el ingeniero Eduardo Rodríguez Ortega proyectó en 1914 un edificio modernista en el cuyos detalles ornamentales volcó su admiración por Gaudí. Cuando en 1999 fue restaurado, el arquitecto Fernando Lorenti agregó dos elementos más a modo de homenaje: un escudo de Catalunya y la frase 'No hi ha somnis impossibles'. Ese edificio es hoy, junto al Casal de Catalunya, en San Telmo, símbolo de la huella catalana en la Argentina.
Cuando la porteña Patricia Gabancho (1952) era joven el edificio estaba en plena decadencia, pero no el Casal. Conoció a los exiliados de izquierdas e independentistas, disidentes del centro cultural, y ellos le enseñaron la lengua y la cultura. Patricia, que falleció el martes en Barcelona víctima de un cáncer, comenzó a soñar en catalán en su Buenos Aires natal. Y, tras estudiar periodismo se trasladó en 1974 a Barcelona para ver como era la Catalunya contada. Y aquí ha vivido desde entonces.
En 1980, con 'Cultura rima amb confitura' hizo una sonora irrupción en el panorama cultural. El libro proponía un debate sobre la literatura catalana valiente y sin complejos. La polémica generada fue larga y no siempre justa con su propuesta modernizadora, pero la buena acogida de los sectores más jóvenes, que así entraron en el debate cultural, convirtieron pronto a su autora en un referente claro para la recuperación nacida al abrigo del Congrés de Cultura Catalana, y que tuvo en la fundación de la Associació d'Escriptors en Llengua Catalana uno de sus primeros puntales. Sobresalió en aquellos primeros encuentros de escritores catalanes, vascos y gallegos (GALEUZCA), y se creó una aureola de polemista inteligente y audaz con la que conquistó la escena literaria joven que emergía en los ochenta.
Y la Gabancho, como todos la llamábamos, pasó, con todas naturalidad, a ser escritora catalana; sin olvidar su tierra de origen: 'Barcelona, tercera pàtria del tango' (1990), con la que fuera su pareja Xavier Febrés, fue su segundo libro.
Patricia desplegó siempre en sus libros y artículos en la prensa escrita sus dos grandes áreas de interés: la social, con numerosos textos sobre urbanismo y la Barcelona metropolitana, como en 'El Besòs, el riu que mirava passar els trens' (1999) o el reciente 'Caminar Barcelona' (2016) y la cultural y política, con títulos como 'Despert entre adormits. Joan Maragall i la fi de segle a Barcelona' (1998), 'Apàtrides, incultes i (de vegades) analfabets' (2008), 'Crònica de la independència' (2009), 'La batalla de l'Estatut' (2010), la muy reciente 'Amalia i els esperits' (2017), Les dones de 1714 (2014), 'La autonomia que ens cal és la de Portugal' (2012)o 'El preu de ser catalans. Una cultura mil·lenària en vies d'extinció' (2007) donde vaticina la desaparición de la lengua y la cultura catalana en un par de generaciones. También publicó la novela 'La neta d'Adam', con la que ganó el premio Prudenci Bertrana el 2012. En la obra reconstruye la historia de su familia y, a través de ella, disecciona la historia moderna de la Argentina.
Además de colaboradora en populares programas de televisión como 8 al dia o Els matins de TV3, Patricia Gabancho fue miembro del Centre d'Estudis Sobiranistes y de la Assemblea Nacional catalana desde su fundación. También era vicepresidenta del Ateneu barcelonès desde 2014, y una persona siempre generosa para con sus compañeros de profesión.