17/3/15

Joaquim Molas, estudioso de la literatura catalana

Un día se puso a escribir porqué leía. Leía de la biblioteca de su padre o de lo que encontraba en los puestos dominicales del Mercat de Sant Antoni. Tras publicar un primer artículo comparando estadísticamente en Barça y el Español y una oda al F.C: Barcelona (que aquel 1945 había ganado la liga), Joaquim Molas (Barcelona 1930) se dio cuenta de que escribía por mimetismo. En la universidad comprendió que escribir era una tarea mucho más ingente, arriesgada, competitiva y, sobretodo, pública. Y que él no pasaba de ser un escritor de lo privado, de la imitación. Y lo dejó. Se concentró en leer, estudiar, criticar e historiar la literatura catalana. Puso en contacto la literatura contemporánea con las generaciones anteriores, buscó referentes en las grandes literaturas universales, hizo escuela y se convirtió él mismo en el referente de varias generaciones de filólogos. Joaquim Molas, que falleció la madrugada del martes en Barcelona a los 84 años, era un personaje central en el estudio de la literatura catalana.
Hijo del músico Isidre Molas Font, Joaquim estudió filología románica en la universidad de Barcelona, en la que se doctoró en 1958. Participó en la histórica revista literaria clandestina Curial, un tiempo después, amplió sus estudios en la universidad de Liverpool. Decidió especializarse en literatura medieval por la influencia de Dámaso Alonso, pero a mediados de los sesenta se decantó definitivamente por la literatura contemporánea y los estudios históricos. En 1969 obtuvo la cátedra de lengua y literatura catalana en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), y en 1982 la misma cátedra en la Universitat de Barcelona (UB). entre 1982 y 1983 dirigió la escuela universitaria de biblioteconomía Jordi Rubió i Balaguer.
A mediados de los años sesenta emprendió dos de los mayores proyectos intelectuales y editoriales de la literatura catalana: el Diccionari de la Literatura Catalana (1965), posteriormente dirigido por Josep Massot hasta su publicación en 1979, y los últimos volúmenes de la Història de la Literatura Catalana, comenzados en 1986 por Martí de Riquer y Antoni Comas. En los ochenta dirigió también dos colecciones fundamentales para la difusión de la literatura en catalán: Les millors obres de la literatura catalana y Les millors obres de la literatura universal.
Fue miembro de las redacciones de Serra d'Or y Recerques, pero fue con la fundación de la revista de lengua y literatura Els Marges (1974), cuando Molas comenzó a hacer escuela entre jóvenes licenciados y estudiantes. Sus clases se llenaban, su pasión por la literatura y sus ansias por enseñar atraía hacia la filología a los estudiantes, en los que dejaba huella. Ahí comenzó a construirse el mito del estudioso riguroso, y a veces arisco, que analizó la literatura y la vida cultural desde la perspectiva del realismo social. Poco amigo de exhibiciones públicas y de alardes mediáticos, Molas defendió el compromiso político de la literatura como motivo central de las letras catalanas. Buena parte de su legado intelectual se halla reunido en dos volúmenes de Obra crítica (1995 y 1999). Con Literatura catalana d'avantguarda 1916-1938, obtuvo el Premio de la Crítica Serra d'Or. Además también era uno de los mayores especialistas en Verdaguer y en Mercè Rodoreda.
Joaquim Molas era miembro del Institut d'Estudis Catalans y había sido galardonado con el Premi d'Honor de les Lletres Catalanas (1998), la Creu de Sant Jordi (1999), la Medalla del Mèrit Cultural de l'Ajuntament de Barcelona (2002) y la Medalla d'Or de la Generaliat (2003).