5/3/07

JOSEP Mª HUERTAS, MAESTRO DE PERIODISTAS INCOMFORMES

Josep Maria Huertas Claveria (Barcelona 1939), decano del Col·legi de Periodistes de Catalunya, falleció ayer en el Hospital Clínic de Barcelona tras padecer un derrame cerebral el pasado viernes. Huertas era de esos escasos periodistas que creen que la información veraz puede ayudar a cambiar la realidad desenmascarando mentidas, engaños y chanchullos. A esa tarea dedicó los mejores años de su vida que se tradujeron en miles de artículos, cerca de sesenta libros, un consejo de guerra franquista que le llevó a la cárcel y un considerable número de discípulos, llamados ‘huertamaros’ que asumieron su ideario y que andan esparcidos por todas las redacciones de Catalunya.
De ascendencia humilde y hijo de periodista, Josep Mª Huertas comenzó muy joven a gastar suelas de zapatos por las calles de su Barcelona natal y a dejarse la vista por las redacciones mal iluminadas e insalubres de la mayoría de periódicos de la época. Todo por cuatro cuartos, claro, pero en aquel tiempo, llevar dinero a casa iba parejo a su vocación innegable por contar lo que la gente de la calle le contaba.
I lo que le contaba el vecindario no solía ser muy agradable precisamente. Eran historias de suburbios sin servicios, asfalto, electricidad, médicos o escuelas. De pisos con goteras i cloacas hediondas. Eran esperanzas rotas que habían nacido nuevas allá en un lejano pueblo extremeño, murciano o andaluz y que se habían marchitado al tener que crecer entre el cemento aluminoso del urbanismo franquista que convirtió el sueño catalán en lucha, fatiga, desesperación y insomnio. Todo eso lo contó Huertas en Oriflama, El Correo Catalán, Tele Express, DIari de Barcelona o el Periódico de Catalunya. En muchas ocasiones, la fuerza de su mirada y la contundencia de sus argumentos consiguieron cambiar la realidad, cosa que mentirosos, estafadores, chanchulleros y algún político trufado de demócrata jamás le perdonaron, claro. A veces consiguieron arrinconarlo, otras encerrarlo, como cuando desenmascaró un tinglado de prostitución en el ejército, pero jamás nadie consiguió acallar su voz. Y aún así, queda su patrimonio escrito y su ejemplo entre periodistas, hoy ya no tan jóvenes, que lo tuvieron por maestro.
Multipremiado (nacional de periodismo, Rovira i Virgili, Ciutat de Barcelona), pocos conocieron, amaron y criticaron tanto a su ciudad, Barcelona, como él. Libros como ‘Tots els barris de Barcelona’ (Edicions 62), auténtico vademécum de una ciudad que crecía de cualquier manera bajo la égida del porciolismo, han sido ejemplo de lo que era el periodismo de lucha durante décadas y, a la sazón, auténtico tratado de historia moderna de la ciudad. En su último trabajo, 'Mites i gent de Barcelona' (Edicions 62), todavía latía esa pasión por la ciudad como territorio en el que lo local toma forma universal. Quizás por eso Huertas nunca se sintió menor al lado de otros compañeros que trataban la información internacional o recorrían los oscuros pasillos de los poderes estatales. Para él, que un ayuntamiento asfaltara una calle era tan importante como una directiva comunicaría. Eso también lo supo transmitir a sus discípulos, y algunos de ellos han sido los artífices de la revolución de la información local en Barcelona y en toda Catalunya. En 1980 Josep Mª Huertas fue el padre del primer congreso de prensa comarcal de Catalunya, no podía ser de otras manera.
Los últimos años ejerció de mal jubilado. Lejos de las redacciones, sus trabajos no cesaron de aparecer tanto en libros como en La Vanguardia. El último año, tras el caos surgido en el Col·legi de Periodistes por la dimisión del decano, Huertas aceptó presidir una candidatura que, a la postre, venció. No era su dedicación preferida, pero sentía que el compromiso con el oficio le reclamaba en este cargo. Josep M;ª Huertas fue periodista hasta su muerte. Este es un artículo que yo, menos periodista que él, nunca hubiera querido escribir.

Publicat a El Mundo del Siglo XXI